Un oficial de la policía en Misisipí llamó a ICE durante un pare de tránsito de rutina. Entonces un agente de ICE le 徱貹ó a un hombre desarmado.
Una llamada de un oficial de la policía en Misisipí el año pasado a Inmigración y Control de Aduanas, conocido como ICE por sus siglas en inglés, resultó en que un hombre desarmado – quien inicialmente servía de testigo cuando el policía detuvo un auto en tránsito – fuera baleado y quedara prostrado en la calle sangrando por la herida, según lo muestra el video de una cámara portátil policial que obtuvo el IJʿ. El oficial llamó a ICE porque necesitaba un intérprete en español.
Una llamada de un oficial de la policía en Misisipí el año pasado a Inmigración y Control de Aduanas, conocido como ICE por sus siglas en inglés, resultó en que un hombre desarmado – quien inicialmente servía de testigo cuando el policía detuvo un auto en tránsito – fuera baleado y quedara prostrado en la calle sangrando por la herida, según lo muestra el video de una cámara portátil policial que obtuvo el IJʿ. El oficial llamó a ICE porque necesitaba un intérprete en español.
El metraje del video muestra a Gabino Hernández, de 41 años de edad, tirado en una calle residencial tranquila, con sangre chorreando por una herida de bala en la noche del 20 de julio de 2016.
Minutos antes, Hernández había observado a un oficial de la policía de Laurel, Misisipí mientras interrogaba a su amigo y compañero de vivienda José Mendoza, quien el policía detuvo a solo yardas de su casa. El oficial, David Driskell, no entendía las respuestas de Mendoza y necesitaba un intérprete. Sabía que agentes de ICE se encontraban en la ciudad en otros asuntos, así que llamó y les indicó donde estaba ubicado.
El incidente se intensificó rápidamente. Refiriéndose a Hernández, a Driskell se le escucha gritando, “Está corriendo hacia el sur. Está corriendo hacia el sur.” Poco después, un solo tiro, pegándole en el brazo a Hernández, quien no llevaba un arma. El video no captó el disparo como tal.
El incidente ilustra los riesgos posibles al involucrar a ICE en la vigilancia y el patrullaje policial local. Y debe servir como una advertencia del potencial para que ocurra más violencia en momentos en que la agencia refuerza su ejecución para cumplir con las órdenes del Presidente Trump de deportar casi todo inmigrante indocumentado, aún aquellos sin antecedentes criminales.
En junio pasado, luego de una investigación de la Oficina de Investigación de Misisipí, un gran jurado local decidió no radicar cargos contra el agente de ICE. Pero Hernández radicó una demanda federal en julio, y pasó a ser por lo menos la tercera persona este año que, en un tribunal federal, alega ser víctima de brutalidad policial por parte de ICE
La imputabilidad se cuestiona
Mediante entrevistas y una revisión de informes de prensa y de documentos en los tribunales, el IJʿ identificó por lo menos 10 personas que alegan haber sido heridos de bala o golpeados por agentes de ICE desde abril de 2015.
Este análisis del IJʿ sugiere que si un agente de ICE utiliza la fuerza inapropiadamente, no es nada seguro que se determine hallar alguien responsable por ello.
Tal como en los casos de balaceras de la policía, es difícil determinar con qué frecuencia los agentes de ICE utilizan la fuerza letal en el país. Un informe publicado en enero pasado por el inspector general del Departmento de Seguridad Interna (DHS, por sus siglas en inglés) concluyó que ICE no había reportado con exactitud la información sobre el uso de fuerza a DHS. “En el pasado, ICE ha reconocido las discrepancias en los sistemas para reportar la información – específicamente, la necesidad de reportar los incidentes de manera puntual y certera,” relató el inspector general de DHS.
El informe – que incluye todos los componentes de DHS, incluyendo a ICE – concluye que el departamento falla en su supervisión sobre el uso de la fuerza por parte de los 80,000 oficiales en los cuerpos de seguridad en sus varias agencias.
La información que sí está disponible en el informe revela que los agentes han usado la fuerza frecuentemente cuando no había habido un ataque o agresión contra ellos. ICE reportó que sus agentes utilizaron la fuerza 95 veces en el año fiscal 2015; ese año, hubieron 20 “ataques contra un oficial”. DHS no tenía información sobre cuán frecuentemente los agentes de ICE le advirtieron o incapacitaron a la persona antes de recurrir a la fuerza.
El informe del inspector general también indicó que ni el DHS ni ICE habían actualizado su política sobre el uso de fuerza y que “no todos los componentes (de seguridad de DHS) tienen políticas que enfatizan el respeto por la vida humana cuando se utiliza la fuerza.”
Al tener información incompleta y políticas y reglas no actualizadas, la habilidad de DHS para identificar y arreglar problemas es limitada. En resumidas cuentas, de acuerdo al informe: “DHS no ha hecho lo suficiente para minimizar el riesgo del uso indebido de la fuerza por parte de sus oficiales de seguridad.”
El video
En el video, Driskell, Mendoza y Hernández están parados en una entrada para autos detrás de dos casas cerca de un campo de beisbol de una escuela secundaria. Driskell había detenido a Mendoza, quien andaba en un auto siguiendo a Hernández a la casa, por no detenerse por completo en una señal de pare. Está oscuro, y aparte de ladridos de unos perros, hay silencio en el vecindario. Hernández intenta acercarse a Driskell para ayudarlo a comunicarse con Mendoza, pero Driskell lo rechaza. Parece que Driskell marca el teléfono por segunda vez para hablar con los agentes de ICE.
“¿Recibistes el “pin” que te envié?” Driskell pregunta en el teléfono. “Les envié un texto. Tengo un tipo aquí y es un bocón,” – refiriéndose a Hernández – “y no entiendo una palabra de lo que me está diciendo. Detuve un auto que entró a la parte trasera de una casa. Le dije que venía alguien que habla español.”
El Departamento de Policía de Laurel debe tener sus propios intérpretes ya que recibe fondos federales. Esa regla existe para proteger los derechos civiles de las personas cuyo inglés es limitado. En esta ocasión, pudo haber prevenido completamente el uso de la fuerza.
Después de que Driskell llamara a ICE, le pone esposas a Mendoza y le da una infracción por manejar bajo los efectos del alcohol. Hernández camina entre las casas hacia una calle cercana. Parece que Driskell y otro oficial de la policía, quien acababa de llegar, creen que Hernández está corriendo y lo persiguen. En la calle, Hernández da vuelta a una esquina y se encuentra con dos agentes de ICE que estaban en camino hacia la escena.
Se escucha a alguien gritar, “Bájate al jodido suelo” y “baje, baje,” en español para que se acostara en el suelo. A los pocos segundos, el agente Causey le dispara una vez a Hernández a 60 pies de distancia.
Algunos detalles del incidente permanecen confusos. Causey alega que Hernández estaba metiendo la mano en el bolsillo cuando le 徱貹ó. Luego, el video lo muestra a él gritando, “No deberías haber metido la mano en el bolsillo” mientras que Hernández está postrado en la calle quejándose, con un charco de sangre a su alrededor.
De acuerdo a las alegaciones en la demanda judicial, Hernández había levantado las manos. La bala le pegó en en la parte baja del brazo derecho, y no cargaba nada excepto su teléfono celular. Pasaría meses en una recuperación dolorosa. Perdió partes del hueso and sufrió daño permanente en los nervios, de acuerdo a la demanda.
Un agente de la Oficina de Investigación de Misisipí llegó a la escena casi inmediatamente. Por un mes, coleccionó evidencia y realizó entrevistas, incluyendo una entrevista de cabecera con Hernández mientras se recuperaba. Pero luego de todo eso, el caso pasó a estar inactivo. En cuanto a cargos, un gran jurado de Misisipí encontró un “no ha lugar” el 16 de junio.
El incidente – y la falta de cargos radicados contra el agente – es reminiscente de otras balaceras que involucran a policías captados por videos que han provocado el descontento popular y peticiones para reformar la vigilancia y el patrullaje policial.
Un portavoz de ICE no respondió a preguntas sobre si la agencia emitió alguna reprimenda a Causey. En lugar de ello, refirió a IJʿ a unas declaraciones del año pasado, que dice que “la Oficina de Responsabilidad Profesional de ICE investiga los incidentes de tiroteos en que agentes de ICE están involucrados.” En algún momento, ICE recibió el mismo metraje de la cámara portátil policial que el IJʿ consiguió por medio de una petición para documentos públicos.
No está claro qué ocurrió dentro de la agencia desde ese punto en adelante. Pero lo que sí está claro – como señaló el informe del inspector general – es la falta de supervisión dentro del DHS, el departamento en que se encuentra ICE, cuando se trata del uso de la fuerza por parte de sus agentes.
En la actualidad, Hernández espera por la respuesta de Causey en el tribunal. La demanda es difícil y un último intento de conseguir que se haga justicia. Independientemente de cómo proceda el caso, la historia de este incidente servirá en los tribunales en los próximos meses como una advertencia para los oficiales de policía locales que trabajan con ICE.