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Immigración: Obtener la Información Correcta

Actualmente casi a diario, es posible enterarse de "hechos" supuestamente fidedignos sobre inmigración ilegal e inmigrantes, puestos a circular por políticos, comentaristas importantes de los medios e incluso periodistas supuestamente objetivos: estadísticas y otras afirmaciones que pintan una situación aterradora en la que los "extranjeros" latinos, hostiles, portadores de enfermedades y altamente criminales, causan la ruina económica de los Estados Unidos. Ejemplo de ello es la afirmación hecha en 2005 en el programa "Lou Dobbs Tonight" de CNN, segÚn la cual se habían informado 7,000 casos de lepra en los Estados Unidos en un período reciente de tres años: una de las "importaciones mortales", segÚn las palabras de Dobbs, que provoca la inmigración. En el mes de mayo, la noche después de haber salido al aire un perfil de Dobbs en "60 Minutos" de CBS, Dobbs salió al aire para atacar furiosamente al editor de Intelligence Report, Mark Potok, quien fue citado en el programa de CBS por haber criticado las caracterizaciones hechas por Dobbs de los inmigrantes ilegales. Christine Romans, la periodista de CNN que primero trajo a colación la cifra de 7,000, afirmó que había obtenido dicha cifra de "una respetada abogada en medicina e historiadora en medicina": la difunta Madeleine Cosman, una mujer que en una conferencia nativista realizada en 2005 manifestó que "la mayoría" de los hombres latinos inmigrantes "abusan sexualmente de niñas menores de 12 años de edad, aunque algunos se especializan en niños y otros, en monjas". Finalmente, los funcionarios afirman que se producen menos de 250 casos nuevos de lepra por año.

Este tipo de "información" por lo general tiene su origen en grupos nativistas modernos y en ideólogos como Cosman, o incluso en grupos de odio racistas sin ocultamientos; sin embargo, eso no les ha impedido abrirse paso, a menudo por la fuerza de la mera repetición, hasta grandes sitios informativos como "Lou Dobbs Tonight". Asimismo, ya no es raro escuchar estadísticas falsas o distorsionadas, y verdades a medias, provenientes de otros grupos importantes como la Federación Norteamericana para la Reforma de la Inmigración y The Heritage Foundation, un comité conservador, y transmitidas en innumerables programas de radio y en los principales canales de cable como "The O'Reilly Factor" del canal Fox News.

No puede decirse que este tipo de difamación masiva de ciertos inmigrantes sea un fenómeno nuevo en la historia estadounidense. En otras épocas los irlandeses, judíos, católicos, asiáticos y demás grupos fueron vilipendiados pÚblicamente, a menudo por los estadistas líderes de nuestro país, como perezosos, degenerados, estÚpidos, feos, criminales, desleales y más. En la actualidad, muy pocas de las listas actuales de estereotipos negativos —por no mencionar las teorías conspirativas sobre inmigración, cada vez de mayor circulación (ver artículo, p. 34)—?contienen algo de verdad. Sin embargo, están dirigidas a una audiencia que está predispuesta a escucharlas; en el año 2000, incluso antes de que se caldeara el debate actual sobre inmigración, la Encuesta Social General publicada por National Opinion Research Center (Centro de Investigaciones de Opinión Nacional) encontró que el 73% de los estadounidenses creía que los inmigrantes eran propensos al crimen, y que el 60% creía que seguramente restaran trabajos a los nativos. En la actualidad, en una atmósfera todavía más venenosa, millones de estadounidenses al parecer creen las mentiras lanzadas por los extremistas nativistas. A continuación intentamos distinguir la propaganda demoníaca de la realidad.

LA AFIRMACIÓN: Los inmigrantes están infectando el país con enfermedades como la lepra.

LAS FUENTES: Lou Dobbs, de CNN, en un programa difundido el 14 de abril de 2005, afirmó que la "invasión de extranjeros ilegales" traía "enfermedades altamente contagiosas" a Estados Unidos "décadas después de que esas enfermedades fueron erradicadas" aquí. El columnista de Colorado Frosty Wooldridge aseguró en el año 2003 que "7,000 casos nuevos de lepra" habían sido traídos aquí por los inmigrantes provenientes de México, Brasil e India durante los tres años anteriores. Patricia Doyle, una "columnista de salud" para el sitio de odio repitió esa cifra en el programa KHOW-AM de Peter Boyles a fines de 2006. La difunta activista antiinmigratoria Madeleine Cosman aseguró en 2005 que los "extranjeros ilegales" traían lepra, malaria, tuberculosis y la enfermedad de Chagas. El nacionalista blanco Pat Buchanan, que estuvo presente en el programa de Boyles en septiembre de 2005, aseguró que los inmigrantes indocumentados eran responsables de la reaparición de chinches, que ya habían sido casi erradicadas en 26 Estados.

LOS HECHOS: La afirmación favorita de los nativistas con respecto a la salud, referida a la aterradora enfermedad de la lepra, es falsa. De acuerdo con el Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos, cada año se informan "de 200 a 250 casos nuevos" de lepra, o enfermedad de Hansen. En un informe publicado en 2006, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos informaron que el nÚmero de casos informados de lepra en el país "habían llegado a un pico de 361 en 1985 y luego habían declinado a partir de 1988". Asimismo es falsa la afirmación segÚn la cual la malaria es propagada por los inmigrantes: la malaria sólo puede ser transmitida por mosquitos, no por seres humanos. La reaparición de chinches es un verdadero fenómeno, pero en su mayor parte se adjudica al "uso generalizado de cebos en vez de insecticidas en aerosol para el control de hormigas y cucarachas", de acuerdo con una hoja informativa publicada por la Facultad de Ciencias de la Alimentación, Agrícolas y Ambientales de la Universidad Estatal de Ohio. Es cierto que la mayoría de los casos nuevos de tuberculosis fueron diagnosticados en inmigrantes, de acuerdo con un estudio del gobierno realizado en 2002. También es cierto que los inmigrantes provenientes de Latinoamérica han traído la enfermedad de Chagas; sin embargo, esta enfermedad sólo se transmite por contacto con sangre, al igual que el VIH, de modo que el riesgo de contagio es limitado.

LA AFIRMACIÓN: Los inmigrantes indocumentados matan a 25 estadounidenses por día.

LAS FUENTES: El congresista en representación de Iowa Steve King, en una columna de su sitio en Internet del 5 de mayo de 2006, afirmó que un día sin inmigrantes haría de Estados Unidos un país más seguro: "Se salvarían las vidas de 12 ciudadanos estadounidenses, que de lo contrario tendrían una muerte violenta a manos de extranjeros ilegales asesinos todos los días. Otros 13 estadounidenses sobrevivirían, y no serían atropellados diariamente por ilegales que conducen ebrios y no tienen seguro". La afirmación de King ha sido repetida cientos de veces, a veces por activistas extremistas como Clyde Harkins, del Partido de la Constitución Norteamericano, y a menudo por locutores como Peter Boyles, de KHOW-AM en Denver. Boyles también sugirió el año pasado que los inmigrantes ilegales habían asesinado a 45,000 ciudadanos estadounidenses desde el 11 de septiembre de 2001.

LOS HECHOS: King afirmó que había "extrapolado" sus cifras de un estudio realizado por la Oficina de Contaduría General (GAO, por sus siglas en inglés), la rama investigadora apolítica del Congreso, que segÚn él mostraba que el 28% de los reos en las cárceles locales y las prisiones estatales y federales estaba formado por "extranjeros criminales". Pero el estudio de la GAO en realidad indicó que el 28% de todos los prisioneros federales (que conforman del 12 al 17% de la población total encarcelada en los Estados Unidos) eran inmigrantes legales o ilegales. El estudio no distinguía entre inmigrantes legales e ilegales. También indicaba que aproximadamente el 50% de esos inmigrantes estaban acusados Únicamente de estar en el país ilegalmente, un delito federal menor. Sólo el 12% del total en custodia federal estaba encarcelado por asesinato, violación, robo u otros crímenes violentos. Con respecto a la afirmación de que 45,000 estadounidenses fueron asesinados por inmigrantes ilegales, las estadísticas del FBI indican aproximadamente 85,000 asesinatos ocurridos desde el 11 de septiembre hasta fines de 2006. Si lo que afirman Boyles y otras personas fuera cierto, significaría que los inmigrantes indocumentados, que conforman el 4% de la población total de los Estados Unidos, fueron responsables del 53% de todos los asesinatos.

LA AFIRMACIÓN: Los inmigrantes indocumentados cometen más crímenes que los nativos.

LAS FUENTES: Dan Stein, director ejecutivo de la organización limitadora de inmigración supuestamente dominante Federación Norteamericana para la Reforma de la Inmigración (FAIR, por sus siglas en inglés), afirmó en un comunicado de prensa publicado el 8 de marzo que la inmigración ilegal representa "un riesgo real y certificable" para los estadounidenses. "Los extranjeros ilegales son más propensos a la actividad criminal que el resto de la población", afirmó Stein. Veintitrés días más tarde Jim Gilchrist, cofundador del Proyecto Minuteman vigilante, manifestó frente a una audiencia que estaba "bien decir 'violador', 'ladrón' y 'asesino'" para referirse a los "extranjeros ilegales".

LOS HECHOS: Varios estudios refutan la idea de que exista una criminalidad relativamente alta entre los inmigrantes latinos (la gran mayoría de los inmigrantes de la actualidad). Ramiro Martínez hijo, profesor de justicia criminal en Florida Atlantic University, quien ha pasado años estudiando las estadísticas de homicidio en las ciudades fronterizas de los Estados Unidos que cuentan con una densa población de hombres y mujeres nacidos en México, encontró que el porcentaje de homicidios era significativamente menor para los latinos que para otros grupos, aunque el nivel de pobreza de los latinos era muy alto, y la pobreza y la criminalidad están estrechamente relacionadas estadísticamente. El criminólogo Andrew Karmen, en su libro New York Murder Mystery, publicado en 2006, descubrió la misma tendencia en la ciudad de Nueva York, donde los "inmigrantes jóvenes, varones y pobres en diferentes proporciones" de las Últimas dos décadas eran "sorprendentemente respetuosos de la ley". Robert J. Sampson, presidente del departamento de sociología de Harvard, informó en un artículo publicado en 2005 en The American Journal of Health que el porcentaje de violencia entre los estadounidenses de origen mexicano era significativamente menor que entre los estadounidenses no latinos blancos y negros. Increíblemente, los estudios realizados por los sociólogos Alejandro Portes y Rubén Rumbaut también indican que los inmigrantes de segunda y tercera generación son considerablemente más criminales que sus padres, lo cual sugiere que la cultura estadounidense en cierto modo produce más, y no menos, criminalidad entre sus ciudadanos.

LA AFIRMACIÓN: Los inmigrantes están reduciendo los sueldos de los estadounidenses nativos.

LAS FUENTES: En su programa del 1 de abril de 2006, Lou Dobbs de CNN afirmó que el estudio "más fidedigno" indicaba que la inmigración legal e ilegal reducía los sueldos de los nativos en $200 mil millones de dólares por año. El activista nativista de California Joe Guzzardi aseguró que los sueldos siguen "estancados" por culpa de los inmigrantes ilegales. Casi todos aquellos que impulsan la restricción de la inmigración han hecho afirmaciones similares en los Últimos años.

LOS HECHOS: A pesar de lo que muchos consideran una relación intuitivamente evidente entre la inmigración y los sueldos, la realidad dicta que la mayoría de los economistas no han encontrado una relación importante entre la inmigración cada vez mayor y la depresión en los sueldos. La Única excepción la constituyen unos estudios realizados a principios de la década de 1990 que demostraron un efecto levemente negativo sobre el pago de afroamericanos que abandonaron la escuela secundaria. En general, la Academia Nacional de Ciencias descubrió, en una visión general de esta cuestión en 1997, que existía "sólo una relación débil entre los sueldos nativos y el nÚmero de inmigrantes" en un sitio determinado. Esto se aplicaba a todo tipo de trabajadores nativos. El Único grupo que sufrió fue el de los "inmigrantes pertenecientes a grupos inmigratorios anteriores, para quienes los inmigrantes recién llegados son sustitutos cercanos en el mercado laboral". Los estudios más recientes descubrieron que en realidad los inmigrantes ejercen un efecto positivo sobre los sueldos nativos. El Instituto de Políticas PÚblicas de California publicó un estudio el presente año, que indicó que los inmigrantes que llegaron a ese Estado entre 1990 y 2004 incrementaron los sueldos de los trabajadores nativos en un 4%. Los beneficios, atribuidos a los inmigrantes que por lo general realizan tareas complementarias en lugar de competitivas, se extienden a los trabajadores nativos de todos los niveles educativos.

LA AFIRMACIÓN: Los inmigrantes indocumentados están "robando" los empleos a los estadounidenses.

LAS FUENTES: La acusación segÚn la cual los inmigrantes ilegales están causando desempleo entre los nativos domina el movimiento nativista. Por ejemplo, Terry Anderson, un locutor negro de Los ángeles y activista antiinmigratorio de línea dura, manifestó en "Lou Dobbs Tonight" el 23 de octubre de 2003 que la inmigración legal e ilegal estaba "destruyendo la población laboral [nativa]". La líder nativista texana Debbie Rawlins declaró en 2006 que los "hispanos" estaban "quitándonos los trabajos, nuestras casas". La Coalición de California para la Reforma Inmigratoria, de extrema derecha, tiene una cartelera en la frontera entre California y Arizona que reza: "Exija que los extranjeros ilegales sean deportados. El trabajo que se salve puede ser el suyo".

LOS HECHOS: Un estudio realizado en 2006 por el Centro Hispano Pew, denominado: "Crecimiento en la fuerza laboral de origen extranjero y empleo de los nativos" no indicó ninguna evidencia de que el gran aumento de la inmigración a partir de 1990 haya producido un mayor desempleo entre los estadounidenses nativos. El centro examinó los datos del censo referidos al aumento de los inmigrantes en cada uno de los 50 estados, y comparó esas cifras con los porcentajes de desempleo del Estado y la participación de los nativos en la fuerza laboral. Aunque los inmigrantes tendían a ser más jóvenes y menos educados que los trabajadores nativos, el informe no encontró "ninguna relación evidente entre el crecimiento en el nÚmero de los trabajadores extranjeros con menos educación y el resultado laboral de los trabajadores nativos con el mismo nivel de educación". Estas conclusiones coincidieron con las de la mayoría de los economistas, quienes no encontraron que hubiese relación entre la inmigración y la pérdida de trabajo. "El mensaje importante que surge de aquí" declaró el economista Giovanni Peri de la Universidad de California, quien realizó un estudio similar en California, "es que no se pierden trabajos debido a la inmigración".

LA AFIRMACIÓN: Los inmigrantes pobres imponen a los contribuyentes nativos el pago de una fortuna en servicios sociales.

LAS FUENTES: Robert Rector, investigador superior de The Heritage Foundation, de tendencia conservadora, afirmó en el programa "Lou Dobbs Tonight" de CNN el 12 de junio de 2006 que los inmigrantes aumentaban exponencialmente los costos de asistencia social. "Si traemos gente que abandona la escuela secundaria, que no está casada y tiene hijos extramatrimoniales, ¿qué van a hacer? Van a sacar beneficio de la asistencia social. … El costo va a ser de por lo menos $70 mil millones de dólares por año". Heather MacDonald, miembro del Instituto Manhattan, de tendencia conservadora, y editor colaborador del City Journal de esa institución, escribió en 2002 que los inmigrantes ilegales "obtienen asistencia social" por tener hijos nacidos en este país, y por lo tanto son ciudadanos (no explicó cómo lograban esto los padres). El congresista en representación de Iowa Steve King, citando a Rector, sostuvo este año que las familias de inmigrantes no calificados costaban a los contribuyentes estadounidenses "más de $1 millón de dólares por miembro de la familia".

LOS HECHOS: Como regla general, el gobierno federal obtiene un beneficio neto de los inmigrantes ilegales, en forma de pagos del Seguro Social que los trabajadores nunca pueden cobrar por no ser ciudadanos; son los Estados, desde el punto de vista de los servicios sociales, educativos y médicos, los que pagan el grueso de los costos relacionados con mantener a la población indocumentada. Aun así, las afirmaciones de Rector y MacDonald son cuestionadas por numerosos académicos, incluyendo al colega de MacDonald, Tamar Jacoby, que tiene un rango superior en el Instituto Manhattan. Jacoby, quien estudia exhaustivamente la inmigración, manifestó al National Review que, si bien es cierto que estas personas recibirían más en servicios de lo que pagarían de impuestos, "están haciendo crecer tanto la estructura [económica general] que el costo palidece en comparación". Jacoby citó un estudio reciente sobre inmigrantes en Carolina del Norte que indicó que en los 10 años anteriores, los inmigrantes latinos habían costado al Estado $61 millones de dólares en una serie de beneficios, pero que eran responsables de más de $9 mil millones de dólares en crecimiento económico estatal. A la misma conclusión se llegó en un estudio realizado en 1997 por la Academia Nacional de Ciencias, que indicó que "los inmigrantes menos educados, que imponen una carga fiscal, son los mismos inmigrantes que brindan el beneficio económico informado". Una importante encuesta sobre los efectos netos de la inmigración, publicada en 2006 en The New York Times Magazine, citó a un solo economista, George Borjas de Harvard, que informó un efecto negativo neto. Muchos otros economistas cuestionaron a Borjas. "Si los mexicanos fuesen más altos y más blancos", declaró a la revista el profesor de la Universidad de California, Berkeley, David Card "probablemente sería mucho más fácil" que el pÚblico aceptara la opinión mayoritaria de los economistas: que los efectos de la inmigración, en la actualidad predominantemente latina, son positivos.

LA AFIRMACIÓN: Con la reforma inmigratoria propuesta, Estados Unidos estaría superpoblada.

LAS FUENTES: El miembro superior de The Heritage Foundation, Robert Rector, citado en un artículo que se publicó el 15 de mayo de 2006 en el sitio en Internet de extrema derecha NewsMax.com, manifestó que la ley de reforma inmigratoria propuesta Kennedy-McCain probablemente traería como consecuencia 103 millones de inmigrantes legales en los próximos 20 años. Agregó que el nÚmero máximo en ese período podría alcanzar los 200 millones de personas. Años antes, el columnista destructor de inmigrantes Frosty Wooldridge de Colorado afirmó que la inmigración actual "nos obligará a tener una población de 200 millones de personas más que se disputarán los recursos cada vez más escasos", aunque no mencionó ninguna fuente para justificar ese nÚmero. Otros nativistas han hecho afirmaciones similares en repetidas oportunidades.

LOS HECHOS: Como se señaló rápidamente la primera vez que Rector hizo estas afirmaciones, sus nÚmeros desafían cualquier lógica básica. La cifra mínima de 103 millones de personas que él menciona equivale aproximadamente a la población total actual de México; para llegar a su cifra máxima de 200 millones de personas, que segÚn él se trasladarían a Estados Unidos en los próximos 20 años, sería necesario sumar también el equivalente de la población actual de América Central. Distintos demógrafos destacados informaron a San Francisco Chronicle en mayo de 2006 que las proyecciones de Rector eran muy exageradas, que éste ignoraba los efectos de la emigración y que había utilizado cálculos excesivamente altos de legalización y naturalización. Ese mismo mes, en un informe de la Oficina Presupuestaria del Congreso en el que se analizó específicamente la propuesta Kennedy-McCain, se calculó que con esa ley entrarían legalmente al país 8 millones de personas en los próximos 20 años: el 4% y el 8% de los dos cálculos de Rector.