Fuerza Bruta
La organizaci贸n San Diego Minutemen, un grupo nativista particularmente virulento, se est谩 haciendo de un nombre rufianesco en el Sur de California
OCEANSIDE, Calif. 鈥� El a帽o pasado, durante Halloween, Jeff Schwilk convirti贸 el jard铆n del frente de su casa en "Casa La Migra", una representaci贸n bajo el nombre que se les da en espa帽ol a las autoridades de inmigraci贸n de EE.UU. Para imitar la frontera de M茅xico-California, cerc贸 su jard铆n con l谩minas de chapa corrugada, bordeadas de cable negro ondulado que simulaba ser el alambre de p煤as. Hab铆a espantap谩jaros montados a horcajadas sobre la cerca como saltando la frontera.
Vinieron miembros del grupo San Diego Minutemen, un grupo extremista y nativista fundado por Schwilk en 2005, vestidos con uniformes que imitaban a los que usa la Patrulla Fronteriza para saludar a los que recorr铆an las casas jugando al "trick-or-treat". Con un meg谩fono apodado el "Alien-ator" (o perseguidor de extranjeros, en espa帽ol) gritaban: "Alto, la migra, la migra", un grito que se o铆a en todo el vecindario. En la cerca de chapa se le铆an las frases "La ACLU apesta" y "Enrique es Gay", un mensaje dirigido, sin dudas, a Enrique Morones, director de la organizaci贸n humanitaria en defensa de los inmigrantes denominada Border Angels (谩ngeles fronterizos). "Descubrimos que nada asusta m谩s a un extranjero ilegal (y a sus peque帽os duendes) que una escenograf铆a con una cerca que imita la frontera", se jactaba Schwilk en un mensaje enviado por correo electr贸nico posteriormente. "La mayor铆a de la gente (estadounidenses) pens贸 que nuestro tema fue muy divertido".
Sea Halloween o no, la organizaci贸n San Diego Minutemen se divierte asustando a los inmigrantes a lo largo de todo el a帽o. Los s谩bados por la ma帽ana, cuando se dirigen a las gasolineras suburbanas donde los jornaleros inmigrantes buscan trabajo, crean escenograf铆as que quedar铆an bien en un espect谩culo denominado "Los nativistas se vuelven locos". Apodan a los inmigrantes "mojados" y "Julios". Usan aerosol paralizante para amenazar a los conductores que pasan y demuestran desacuerdo con lo que hacen. Apodan a los que emplean a los jornaleros "explotadores", y son famosos por colocar repentinamente luces amarillas intermitentes de polic铆a sobre sus veh铆culos todo terreno y perseguir a los potenciales empleadores.
Cuando no est谩n ocupados intimidando a los inmigrantes, salen al aire y por Internet para acusarlos, sin prueba alguna, de prostituci贸n infantil y de practicar "rituales de santer铆a vud煤".
Para resumir, el grupo no s贸lo tiene como blanco a las pol铆ticas de inmigraci贸n con las que no est谩 de acuerdo, sino que acosa y difama a hombres y mujeres.
Pero el grupo San Diego Minutemen (SDMM) no s贸lo tiene problemas con los inmigrantes. Hacia fines del invierno, la polic铆a comenz贸 a investigar a miembros y partidarios del SDMM por una posible participaci贸n en un cruel ataque a una peque帽a propiedad de la que los residentes de un campamento de inmigrantes local son due帽os. Recientemente se denunci贸 a otro miliciano por estar relacionado con un ataque a un grupo de inmigrantes y por falsificar un informe policial.
Adem谩s, el SDMM fue rechazado por los mismos grupos de los cuales tom贸 su nombre, el Minuteman Project (Proyecto miliciano) y el Minuteman Civil Defense Corps (Cuerpo miliciano de defensa civil, MCDC), porque incluso para estos grupos de l铆nea dura, el SDMM es un poco demasiado. "No se atienen a nuestras reglas ni a nuestro procedimiento operativo est谩ndar (SOP), por lo tanto no se los considerar铆a milicianos", expres贸 Carl Braun, l铆der del MCDC de California.
El grupo no se encuentra mucho mejor internamente. A principios de este a帽o, dos directores del SDMM que hab铆an estado involucrados sentimentalmente presentaron acciones legales uno contra el otro e intercambiaron insultos e incluso, dijo alguien, golpes f铆sicos. Dos de sus voceros principales renunciaron. Uno de ellos posteriormente escribi贸 un art铆culo en un peri贸dico diciendo que Schwilk "tiene la habilidad de persuadir a las personas que, por naturaleza, son pac铆ficas, para que se vuelvan agresivas y vengativas, y cometan actos que normalmente ni siquiera considerar铆an".
El 谩rea de San Diego est谩 familiarizada con el maltrato a los inmigrantes o incluso formas m谩s extremas de nacionalismo: John Metzger, el hijo del l铆der de la asociaci贸n racista White Aryan Resistance que vive en la zona, hasta el d铆a de hoy llama peri贸dicamente a las estaciones de radio locales para recordar a los oyentes de la participaci贸n de su padre en una patrulla fronteriza denominada "Klan Border Patrol" en el a帽o 1979. Pero esa iniciativa del Klan, y la mayor铆a de los ataques nativistas del pasado, empeque帽ecen si se comparan con el SDMM.
"He recorrido el estado a lo largo y a lo ancho", dice Claudia Smith, una activista que defiende a los inmigrantes desde hace mucho tiempo y que trabaja con la California Rural Legal Assistance Foundation (Fundaci贸n para la Asistencia Legal Rural de California). "Aqu铆 hay cierta crudeza en cuanto al sentimiento antiinmigrante. Casi se puede saborear".
'Adelante, perra'
La escena se desarrolla un s谩bado de marzo por la ma帽ana en Bonsall, Calif. Palmeras, colinas ondulantes, un McDonald's y una gasolinera Arco marcan el 谩rea donde un par de docenas de jornaleros esperan conseguir trabajo. Esto es muy com煤n en los m谩s o menos 40 sitios informales de trabajo a jornal distribuidos a lo largo del 谩rea metropolitana de San Diego. Pero en este d铆a, ya lleg贸 el circo del grupo San Diego Minutemen y un espect谩culo secundario de observadores a favor de los inmigrantes. Las c谩maras en mano favorecidas por ambos grupos ya est谩n funcionando y los ep铆tetos est谩n listos.
Llega una peque帽a camioneta negra. El conductor hace una se帽al y dos inmigrantes latinos r谩pidamente se suben a su cabina. Pero la camioneta no puede salir del lote antes de que un miliciano meta la parte superior del cuerpo por una ventanilla.
"脡ste no es un centro de empleo legal. Haga lo que le conviene a su pa铆s", le advierte el miliciano al conductor, entreg谩ndole una lista de centros de empleo a jornal autorizados y un volante titulado "Detengamos al SPP", una referencia a un supuesto plan de gobierno secreto que apunta a destruir la soberan铆a estadounidense mediante la uni贸n del pa铆s con Canad谩 y M脡xico para formar una federaci贸n al estilo de la Uni贸n Europea.
Ese mismo d铆a, en otro centro de empleo a jornal, hay un miliciano grit谩ndoles a los inmigrantes. "Oigan, putas", grita el hombre, insult谩ndolos antes de recordar que en el idioma espa帽ol la desinencia de las palabras indica g脡nero, y luego comienza a llamarlos "putos". Esta palabra se traduce de mejor manera con el ep铆teto en ingl脡s "f-----". Un conductor que se detuvo en la gasolinera Arco para llenar el tanque de combustible, se asoma por la ventanilla para rega帽ar a Schwilk, el l铆der del SDMM. "Oye, Billy boy", comienza diciendo.
Furioso, Schwilk le exige al hombre que salga de su veh铆culo. Luego el jefe de la SDMM saca una lata de aerosol paralizante. "Adelante, perra", dice Schwilk. "Te estoy esperando". El hombre en cambio se va.
Parece ser que no se puede detener a un Jeff Schwilk enojado estos d铆as. En otra ocasi贸n, en el centro de empleo a jornal de Bonsall, el fundador del SDMM fue filmado colocando furioso una luz amarilla intermitente con im谩n sobre el techo de su veh铆culo todo terreno. Con la luz girando, sali贸 corriendo, persiguiendo a alguien que acababa de emplear a un jornalero del lote. Pas贸 media hora antes de que Schwilk regresara a la gasolinera.
Un crimen en el Ca帽贸n
Se calcula que hay 270,000 inmigrantes indocumentados viviendo en el 谩rea metropolitana de San Diego y quiz谩s otros 100,000 trabajadores indocumentados que cruzan la frontera desde M脡xico todos los a帽os. Pero es probable que los milicianos del grupo San Diego Minutemen sean recordados por sus persistentes intentos de espantar a varios de cientos de inmigrantes que viven en una triste y peque帽a villa de emergencia con viviendas hechas de lona pl谩stica, un asentamiento de personas que no pueden vivir en ning煤n otro lado que no sea un ca帽贸n escabroso a 20 millas al norte de la ciudad.
El McGonigle Canyon est谩 ubicado entre los barrios opulentos de Carmel Valley y Rancho Penasquitos. La mayor parte del ca帽贸n es de propiedad privada de varias compa帽铆as de construcci贸n inmobiliaria y de intereses agr铆colas. Durante d脡cadas, jornaleros de temporada provenientes de M茅xico construyeron en este lugar viviendas temporales, denominadas cartones, que se hacen de desechos de madera, lona alquitranada e incluso estacas de plantas de tomate y sof谩s desechados. Viven all铆 con el permiso de los propietarios privados. Hacia fines de la d脡cada de 1980, cuando hab铆a casi 10,000 inmigrantes acampando en el ca帽贸n, el 谩rea comenz贸 a conocerse como "la peque帽a M茅xico". A lo largo de dos d脡cadas, el trabajador de salud Robert Baca dice que ha visto c贸mo ocasionalmente los campamentos han sufrido vandalismos por parte de adolescentes y c贸mo los inmigrantes son desalojados peri贸dicamente debido a las crecientes construcciones inmobiliarias. Aparte de estos encuentros, dice Baca, los chequeos m脡dicos y las vacunas que se practicaban en su Cl铆nica M贸vil de North County eran algunas de las pocas interacciones que los inmigrantes de McGonigle ten铆an con gente de afuera.
Eso fue hasta que los milicianos del San Diego Minutemen comenzaron a presentarse en el ca帽贸n para filmar y acosar a los inmigrantes a lo largo de los dos 煤ltimos a帽os. Luego las cosas comenzaron a empeorar seriamente.
El verano pasado, dice Baca, los miembros del SDMM iniciaron una contienda con los trabajadores de salud y los inmigrantes en la cl铆nica m贸vil. "Vinieron y comenzar a gritarles a los trabajadores que usaban nuestros servicios. Formaron una fila para intimidarlos y evitar que se acerquen al cami贸n", recordaba. "A la mayor铆a de los inmigrantes hay que convencerlos de que no se los va a maltratar o deportar por usar nuestros servicios".
Las cosas comenzaron a empeorar a煤n m谩s. El oto帽o pasado, cientos de residentes locales se unieron a los milicianos, entre ellos algunos pol铆ticos del estado, para organizar una acampada con el fin de "recuperar el ca帽贸n". El evento fue organizado por Julie Adams, una residente local, y el conductor de la radio KFMB-AM, Rick Roberts, pero asistieron docenas de miembros del SDMM (tanto Adams como Roberts hab铆an trabajado de cerca con el grupo). Roberts trajo cientos de camisetas a la acampada que dec铆an "Soy un inmigrante ilegal": su plan era distribuirlas a los inmigrantes, la mayor铆a de los cuales no habla ingl脡s, una idea que evidentemente le result贸 muy divertida. Pero para cuando Adams, Roberts y los otros protestantes llegaron, la mayor铆a de los inmigrantes hab铆an huido del ca帽贸n, alertados por advertencias de locutores de radios en espa帽ol y otros partidarios de los jornaleros.
脡ste fue el primer susto que se llevaron los inmigrantes de McGonigle Canyon.
Luego, el 27 de enero de este a帽o, los hombres y mujeres que permanec铆an en la villa de emergencia de McGonigle regresaron luego de un d铆a de trabajo para encontrarse con sus viviendas y escasas posesiones hechas trizas. A los pantalones les hab铆an recortado los fondillos. A las camisas las hab铆an cortado por la mitad. A las bolsas de dormir las hab铆an cortado en tiras. Los techos de lona, que apenas los proteg铆an de las lluvias del invierno, colgaban de los soportes hechos a帽icos. Roberto Pe帽a, un inmigrante que viv铆a en el ca帽贸n, le dijo a la polic铆a que regres贸 a su caba帽a temprano esa tarde y que vio a un grupo de cuatro hombres y mujeres usando cuchillos para cortar los bienes de los inmigrantes mientras que una mujer alta y rubia los filmaba. Los hombres, le dijo a la polic铆a, lo persiguieron con cuchillos. Pe帽a se zambull贸 entre los arbustos. Permaneci贸 all铆, seg煤n la declaraci贸n de un polic铆a, "viendo c贸mo el grupo destru铆a su propiedad cuando los oy贸 decir: 'F--- Mexicans'(A la mierda con los mexicanos)".
Dos meses despu脡s, a fines de marzo, la polic铆a allan贸 los hogares de Schwilk y Adams, buscando un video u otro tipo de evidencia. Pero anteriormente hab铆an comenzado a investigar a autoridades del SDMM, concentr谩ndose primero en Christie Czajkowski, quien se hab铆a autoproclamado la "Mam谩 miliciana" del SDMM.
La camar贸grafa y su amante
Christie Czajkowski, 1.83 m de estatura, cabellera rubia e impactante, era probablemente la 煤nica miembro del SDMM que lograba cumplir con su prop贸sito usando una gorra de b脡isbol con la bandera estadounidense y lentejuelas. Y fue, hasta hace poco, la camar贸grafa principal del grupo, una mujer conocida por meter su c谩mara de video en el medio de confrontaciones que involucraban a inmigrantes, milicianos, activistas defensores de los inmigrantes y la polic铆a.
Tambi茅n es dif铆cil que pase desapercibida, motivo por el cual muchos se sorprendieron cuando se convirti贸 en la 煤nica persona que los inmigrantes identificaron de una serie de fotos.
Czajkowski niega haber participado en el ataque del 27 de enero, aunque su hogar fue el primero en ser allanado por la polic铆a buscando evidencias del caso (se confiscaron computadoras y otros art铆culos que pod铆an contener im谩genes).
Pero s铆 hace algunos comentarios.
"Ese d铆a tuvimos una operaci贸n especial en el ca帽贸n a partir de las 8:30 a.m.", Czajkowski le confirm贸 a Intelligence Report en una entrevista. Pero insisti贸 en que esa ma帽ana ella estuvo en un acto antiinmigrantes en San Juan Capistrano, casi a 60 millas al noroeste, y, de hecho, el d铆a siguiente apareci贸 una fotograf铆a de ella en dicho evento en el Orange County Register.
Czajkowski reconoce que esa tarde regres贸 al McGonigle Canyon. Dice que lleg贸 justo a tiempo para ver a Schwilk y a otros saliendo del ca帽贸n. En ese momento, ella y Schwilk hab铆an estado saliendo durante meses y hasta estaban considerando irse a vivir juntos. Desde entonces, se separaron en medio de acusaciones y recriminaciones amargas.
"S茅 que desean saber lo que sucedi贸 en el ca帽贸n y ojala pudiera decirles", declar贸 Czajkowski al Report. "Con lo enojada que estoy ahora, nada me gustar铆a m谩s que decirles que Jeff es responsable鈥� Pero no puedo decirlo porque no es lo que vi".
No obstante, dice haber o铆do algo.
Czajkowski dice que Schwilk le pidi贸 que le dijera a la gente que no lo hab铆a visto en el ca帽贸n ese d铆a. Ella dice que le respondi贸 claramente a su ex amante: "Si alguien me pregunta si los vi all铆, no puedo mentir".
El amor se dirige hacia el sur
Despu茅s de eso, la relaci贸n se desmoron贸 r谩pidamente. El fin de semana siguiente al ataque a McGonigle Canyon, Czajkowski asisti贸 a una fiesta del Superbowl que se celebr贸 en la casa de Schwilk, una celebraci贸n que termin贸 en sonidos estrepitosos de sirenas de polic铆a.
Como siempre, ella film贸 el incidente. Todo comenz贸 con una discusi贸n acerca de qui脡n era el due帽o de los tantos videos que Czajkowski hab铆a filmado y que Schwilk hab铆a publicado en el sitio web del grupo. En su video de la fiesta del Superbowl, Schwilk, con una lata de cerveza en la mano, da un golpe violento a la c谩mara, gritando: "隆Fuera de mi maldita casa, ahora!" Czajkowski y su c谩mara se retiran mientras Schwilk la empuja hacia la puerta de entrada. All铆 se detiene la filmaci贸n. Hoy en d铆a, Czajkowski dice que cuando cort贸 la filmaci贸n Schwilk la golpe贸. Por su parte, Schwilk dice que Czajkowski hab铆a ingresado a su casa sin permiso y hab铆a estado filmando sin permiso. En la corte, solicit贸 una orden de restricci贸n contra ella, pero un juez permiti贸 que caducara semanas despu脡s. Mientras tanto, Czajkowski entabl贸 un juicio de $700,000 d贸lares contra el l铆der del SDMM, basada en el supuesto abuso f铆sico.
Desde entonces, la que una vez fue la "Mam谩 miliciana" fue despedida del grupo de milicianos. Rick Roberts, un nativista de la radio, la nombr贸 traidora del movimiento. Toda la novela interna, junto con el ataque al McGonigle Canyon y una serie de otros incidentes desfavorables, han hecho que el SDMM sea m谩s conocido por sus locuras que por sus intentos de salvar a Estados Unidos de los inmigrantes.
Schwilk dice que la culpable de su problema de imagen es Czajkowski. Al menos, eso es lo que le dijo a ella. En un mensaje de correo de voz que Czajkowski public贸 en un sitio de Internet, se oye a Schwilk orden谩ndole que haga desaparecer la filmaci贸n del domingo del Superbowl. "Espero que no publiques el video", dice Schwilk, "porque si lo haces destruir谩s a los San Diego Minutemen, el grupo de milicianos m谩s fuerte de la naci贸n".
驴Mis贸gino miliciano?
Christie Czajkowski no es la 煤nica mujer enojada con Jeff Schwilk. Muchas mujeres que nunca participaron en el SDMM lo acusan de ser un machista salvaje.
"Su conducta es realmente de misoginia", dice Claudia Smith, la activista y veterana de muchos encuentros con el SDMM. "Nunca eras simplemente su oponente. Eras una 'perra comunista'. Te llamaban 'hija de puta comunista'".
En sus acusaciones, Smith es respaldada por un aliado improbable: el nativista radical, ex integrante de milicia y quemador de banderas mexicanas, Russ Dove. Aunque Dove, un ex convicto, es uno de los nativistas de la l铆nea m谩s dura, ayud贸 a Czajkowski a preparar su juicio civil contra Schwilk. (En abril, Dove incluso public贸 una defensa de Czajkowski en el foro neonazi de la National Vanguard por Internet.) Compara al l铆der del SDMM acusado de abuso con las acusaciones realizadas contra Chris Simcox, l铆der del Minuteman Civil Defense Corps (Cuerpo miliciano de defensa civil), por parte de una de sus ex esposas.
"Es una fuerza impulsora para m铆", expresa Dove. "Estoy cansado de que justifiquen el abuso y el maltrato a las mujeres. Ya fue suficiente". Lo mismo dijo Joanne Yoon. Yoon, una estudiante universitaria coreana-estadounidense de 24 a帽os quien ayud贸 a supervisar las campa帽as del SDMM para grupos a favor de los inmigrantes dirigida por la American Civil Liberties Union (Uni贸n Americana de Libertades Civiles, ACLU), recientemente entabl贸 un juicio por difamaci贸n de $1 mill贸n de d贸lares contra Schwilk y el que una vez fue vocero del SDMM, llamado Ray Carney. Seg煤n el juicio de Yoon, los dos hombres hicieron circular fotograf铆as de ella hacia fines de 2006, junto con comentarios que se refer铆an a ella como "la coreana anor脡xica y puta de la ACLU". Fueron publicadas en un grupo que Schwilk ten铆a en Yahoo titulado "Korean Kommie Kunt" (Puta comunista coreana).
Bajo presi贸n, Schwilk finalmente le cambi贸 el nombre al grupo de Yahoo por "Joanne_Yoon_ACLU_Goon", argumentando que lo cambi贸 "porque conten铆a una palabra pol铆ticamente incorrecta para la computadora, y por demanda popular". Eso no impidi贸 que Ray Carney enviara un mensaje por correo electr贸nico a los miembros del SDMM sugiriendo que uno de los motivos por el que Yoon deseaba ayudar a defender a los inmigrantes era porque estaba interesada en "Brown Schlong".
La venta de la 'Cueva de la violaci贸n'
La misoginia del l铆der del SDMM complementa su propaganda sobre una vecina y sucia naci贸n del Tercer Mundo, rebosante de mano de obra barata y tr谩fico de sexo. El fundamento del grupo para atacar a los inmigrantes cambia frecuentemente: de prevenir una invasi贸n de extranjeros ilegales, a revertir un saqueo ecol贸gico, a detener la mano de obra de esclavos. Pero lo que ha hecho m谩s popular al SDMM es su aberrante declaraci贸n de que los inmigrantes de McGonigle tienen un centro de prostituci贸n infantil en un lugar del ca帽贸n.
Lo llaman la "Cueva de la violaci贸n".
La 煤nica evidencia que el SDMM tiene de esto es una media hora de filmaci贸n temblorosa en video realizada por Czajkowski y el activista del SDMM, John Matthew Monti, en el McGonigle Canyon. (Monti fue acusado en abril de cuatro cargos por delitos menores de agresi贸n y cuatro cargos por interferencia con los derechos civiles, adem谩s de un cargo por presentar un informe criminal falso. Los cargos se derivan de un incidente ocurrido el 18 de noviembre en un centro de trabajo a jornal en Rancho Penasquitos en el que Monti inicialmente le dijo a la polic铆a que hab铆a sido atacado y asaltado por inmigrantes.) El video de la "Cueva de la violaci贸n" filmado en diciembre de 2006 es el video m谩s visto y descargado de todos los videos del SDMM.
Pero lo que ese video prueba no est谩 del todo claro. A pesar de su t铆tulo altamente provocativo, no se ve ning煤n tipo de actividad sexual, ni mucho menos de prostituci贸n infantil. Incluso la voz de Czajkowski durante la filmaci贸n ni una vez incluye la palabra "violaci贸n".
El video comienza con filmaciones diurnas de hombres inmigrantes caminando por el ca帽贸n. Se ven milicianos llamando a la polic铆a para denunciar que est谩n observando una transacci贸n de prostituci贸n. Llegan dos oficiales y miran alrededor, pero, como no encuentran nada, terminan advirtiendo a los miembros del SDMM que podr铆an ser arrestados por entrar sin autorizaci贸n en propiedad ajena. En una secci贸n final, el video muestra a milicianos caminando entre las malezas del ca帽贸n en luz baja, buscando el supuesto centro de prostituci贸n.
No es f谩cil encontrarlo, aunque Czajkowski, que suena obsesionada, no deja de buscar. Al detectar un cond贸n y un tamp贸n en el suelo, se voltea emocionada a mirar a los inmigrantes que est谩n cerca. "驴Tienen muchos penes aqu铆?", pregunta en un espa帽ol deformado.
Y eso es todo. A medida que el video avanza hacia sus minutos culminantes, se pueden o铆r varios milicianos que expresan frustraci贸n por no encontrar evidencias de prostituci贸n. En un punto, incluso Czajkowski suena triste. "Realmente, eso fue una gran p脡rdida de tiempo", expresa. "No encuentro lo que estamos buscando".
Incre铆blemente, hasta la fecha, el SDMM y sus simpatizantes hacen circular este video como prueba de un centro de prostituci贸n infantil en los bosques McGonigle Canyon.
Dos perspectivas de McGonigle
John Carlos Frey, un cineasta de L.A., se pas贸 un a帽o documentando las vidas de los residentes de McGonigle Canyon para la pel铆cula que produjo en el a帽o 2006: "The Invisible Mexicans of Deer Canyon" (Los mexicanos invisibles de Deer Canyon. Deer Canyon es un nombre m谩s antiguo del lugar). Es un lugar, seg煤n lo sugiere la pel铆cula, de verdadera adversidad, pero tambi脡n, a veces, de extraordinaria belleza.
Un inmigrante llamado Pedro dice que vive en el ca帽贸n para ahorrarse $700 d贸lares mensuales que le costar铆a un departamento de un ambiente en Escondido, a unas 20 millas de distancia. Otro le muestra a Frey c贸mo llena de piedras el suelo debajo de su cama para que no suban las pulgas, mientras que un tercero encuentra una serpiente de cascabel enroscada sobre su cama. Los trabajadores se muestran comiendo y cocinando, algunos con cocinas a gas y otros haciendo fogatas.
Oculta en una cueva en lo profundo del ca帽贸n, la pel铆cula tambi脡n muestra una capilla construida para realizar las misas dirigidas por representantes de Nuestra Se帽ora del Carmen, una iglesia cat贸lica de una ciudad cercana. Hay bancos de madera que forman un espiral desde un altar de adobe rosado revestido con lozas de color turquesa y cubierto con flores de seda y una estatua de la Virgen de Guadalupe, la patrona de M茅xico. Es un lugar muy bello y silencioso que, desde fines de la d脡cada de 1980, fue el lugar de reuniones para los que no ten铆an otra iglesia. (Hacia fines del a帽o pasado, la estructura fue desmontada por la iglesia debido a una urbanizaci贸n).
Pero para los hombres y mujeres del SDMM, este ca帽贸n ha sido un lugar desagradable del Tercer Mundo durante demasiado tiempo, una visi贸n aterradora de lo que est谩 sucediendo r谩pidamente en los Estados Unidos. Aunque algunos de ellos viven en alg煤n lugar cerca de aqu铆, (con un precio medio de viviendas de $500,000 d贸lares, casi nadie puede darse el lujo de vivir en el vecindario) vienen para protestar y participar en lo que denominan "recon". Para ellos, eso significa recolectar y desechar "basura". Para los residentes del ca帽贸n, esa "basura" es propiedad personal que los miembros del SDMM les est谩n robando y destruyendo en un intento por sacarlos de all铆 de una vez y por todas.
Para el SDMM, despu脡s de todo, 脡ste no es un lugar de luchas y trabajadores marginados, sino de prostituci贸n infantil y "sacrificios de santer铆a vud煤".
El cargo de "vud煤" se origina en un video del SDMM, ahora publicado en YouTube, que muestra a milicianos caminando alrededor de un mont贸n de tierra y piedras lisas hecho por el hombre. Se los escucha sugiriendo que se trata de un altar de santer铆a que probablemente contiene los restos de sacrificios de animales, quiz谩s incluso de cuerpos humanos muertos. Pero Frey no tuvo que especular. Justo algunos meses antes, les hab铆a preguntado a los residentes del ca帽贸n acerca del mont贸n de tierra.
Se帽alando los brotes verdes que sal铆a del mismo, explicaron que era una tradicional maceta mexicana usada para germinar 谩rboles j贸venes de limones.
Pero la verdad nunca distrajo a Jeff Schwilk.
"Este bell铆simo ca帽贸n estadounidense finalmente recuperar谩 su gloria original una vez que se sane de la devastadora pesadilla ambiental de entre 400 y 2000 inmigrantes que llenaron de basura el lugar durante d脡cadas", escribi贸 Schwilk en un correo electr贸nico del SDMM hace poco tiempo. "Pronto quedar谩 libre de toneladas de residuos desagradables, desechos humanos, prostituci贸n infantil semanal, tr谩fico de drogas, otros delitos, familias y beb茅s que viven en condiciones insalubres e inseguras, consumo masivo de alcohol y el gran peligro de incendio que representan las fogatas ilegales. Y la recientemente descubierta pr谩ctica de santer铆a en el ca帽贸n, la demon铆aca religi贸n vud煤 practicada en algunos lugares de Latinoam脡rica, junto con sacrificios de animales il铆citos".
驴Ad贸nde se encuentra el SDMM?
Jeff Schwilk y sus seguidores permanecen bajo el escrutinio de la polic铆a, son mantenidos a distancia prudente por los grupos Minuteman nacionales y est谩n sujetos a cr铆ticas por ex voceros, entre los que se incluyen Ray Carney, quien acusa a Schwilk de "vestir un traje blanco limpio mientras que todos los dem谩s se ensucian jugando en su lodo".
Pero los soldados de Schwilk contin煤an felices, convencidos de que la lucha contra los "subversivos extranjeros" est谩 cambiando las cosas. Se jacta de lograr el cierre de un centro de trabajo a jornal en Oceanside y, lo que es menos cre铆ble, de exponer al envidioso gobierno mexicano entrometi脡ndose en las pol铆ticas de inmigraci贸n de los EE.UU. Uno de los "脡xitos" del SDMM es aparente. Si echamos un vistazo hoy en d铆a veremos que es probable que Schwilk y sus aliados est脡n en camino a echar a los 煤ltimos inmigrantes de McGonigle Canyon. Los inmigrantes restantes, aterrados por las operaciones de vigilancia, ahora s贸lo construyen refugios peque帽os y m谩s f谩ciles de ocultar. En marzo, un reportero no encontr贸 cobertizos m谩s altos que la rodilla. Una cama estaba hecha de palos, lodo y piedras, un nido humano que no era m谩s grande que una tabla de surf. En otro lugar, una radio, una l谩mpara, su脡teres, tarjetas telef贸nicas y una carta de amor escrita en espa帽ol quedaron abandonados indicando que sus propietarios huyeron de prisa.
Mientras tanto, Schwilk comenz贸 a trabajar como el director de comunicaciones del cap铆tulo local del American Independent Party (Partido Independiente Estadounidense, AIP), que se opuso a las leyes de derecho civil y funcion贸 como el veh铆culo electoral de la segregacionista campa帽a presidencial del gobernador de Alabama George Wallace en 1968.
El AIP, que actualmente est谩 afiliado con el Partido Constitucional de extrema derecha, se ha unido a la batalla para finalizar la inmigraci贸n ilegal en los 煤ltimos meses. Pero mientras estos l铆deres de partidos de l铆nea dura han respaldado con entusiasmo a Schwilk, la hija del fundador del partido les dijo a los reporteros que estaba "muy molesta" por su nombramiento. Dados los antecedentes legales y pol铆ticos de Schwilk, Nancy Spirkoff le dijo a North County Times, que vincular el nombre de AIP con el de 脡l es "un golpe para el partido".
驴Ser谩 que Jeff Schwilk est谩 ganando su batalla? Eso queda abierto al debate. Pero una cosa es segura. A pesar de sus antecedentes, el SDMM logr贸 avanzar un poco.
Eso fue especialmente obvio en noviembre pasado, cuando la estaci贸n KNBC-TV de Los 谩ngeles transmiti贸 una historia sobre McGonigle Canyon. Usando secuencias de video "encubiertas" filmadas por la estaci贸n y claramente inspiradas por las acusaciones relacionadas con la "Cueva de la violaci贸n", la reportera Ana Garcia desarroll贸 una historia de dos partes que ten铆a como fin mostrar c贸mo el ca帽贸n se hab铆a convertido en un centro de "alcoholismo, tr谩fico de drogas y prostituci贸n". Dejando de lado las secuencias de video del ca帽贸n, la serie se enfoc贸 en entrevistas con Julie Adams, la mujer que dirigi贸 la iniciativa del oto帽o pasado por "recuperar" el ca帽贸n (esto no se mencion贸 en la pieza de Garcia) y Brook Young. Young es un asociado del SDMM cuyo sitio web incluye v铆nculos a una serie de grupos de repulsi贸n y cuenta con videos con t铆tulos festivos, como por ejemplo, "Los comunistas son derrotados".
"Se bebe mucha cerveza y hay muchas borracheras, as铆 como tambi茅n tr谩fico de drogas y prostituci贸n", dice Garcia en su entrecortada voz. "Las mujeres son llevadas a los poblados en grupos, los burdeles se preparan entre los arbustos".
S贸lo hubo un problema. Ninguna de las secuencias de video de la KNBC mostr贸 nada parecido a una prostituci贸n, mucho menos tr谩fico de drogas ni gente bebiendo. Lauren Mack, vocero de la oficina federal de inmigraciones en San Diego, les hab铆a dicho a los reporteros anteriormente que los oficiales no hab铆an podido probar ninguna de las quejas de tr谩fico sexual en el ca帽贸n. El capit谩n de la Polic铆a de San Diego, Boyd Long, quien trabaj贸 con los oficiales federales para realizar una supervisi贸n encubierta del ca帽贸n, dijo exactamente lo mismo. Pero nada de eso pareci贸 molestar a la KNBC, que public贸 su pieza durante la semana del sondeo.
En su primera pieza, Garcia en un punto hizo un corte para preguntarle al Capit谩n Long acerca del tr谩fico sexual: "驴Y qu脡 opina de la prostituci贸n que tenemos filmada?"
"No tengo conocimientos de que haya prostitutas en el lugar", respondi贸 el capit谩n de polic铆a. "Me gustar铆a ver cualquier tipo de evidencia o secuencia de video que tenga".
