Familias viviendo con Temor
Este informe presenta historias de mujeres recogidas en las redadas de Inmigraci贸n y Aduanas que comenzaron el 2 de enero de 2016. El informe del 澳彩开奖 y la Alianza Latina de Georgia para los Derechos Humanos concluy贸 que el gobierno federal ha participado en una acci贸n innecesariamente agresiva 鈥� y posiblemente inconstitucional 鈥� contra inmigrantes al realizar estos allanamientos de sus hogares, dirigidos principalmente contra mujeres y ni帽os provenientes de Centroam茅rica.
Para el pleno PDF,聽haga clic aqu铆.
En la madrugada del 2 de enero de 2016, agentes del Servicio de Inmigraci贸n y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en ingl茅s) comenzaron unas redadas de gran alcance en el 谩rea de Atlanta como parte de un operativo en varios estados que culmin贸 con la detenci贸n de 121 inmigrantes. Aparentemente todos eran mujeres y ni帽os.
Las redadas en Georgia, Texas y Carolina del Norte dan indicios de pasos nuevos y alarmantes por parte de un gobierno federal con un historial de ejecuci贸n abusiva de las leyes de inmigraci贸n, empeor谩ndose recientemente al no responder efectivamente a la crisis humanitaria en El Salvador, Guatemala y Honduras.
En vez de cumplir su promesa de proteger y proveer refugio a las familias que est谩n huyendo de la violencia y la persecuci贸n en estos pa铆ses, la administraci贸n de Obama ha adoptado la misma estrategia completamente defectuosa en la aplicaci贸n de las leyes de seguridad que ha propulsado la crisis de encarcelaci贸n masiva en el pa铆s. Bajo el liderazgo del Presidente Obama, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en ingl茅s) ha entablado acciones policiales y de seguridad innecesariamente agresivas 鈥� y potencialmente inconstitucionales 鈥� contra inmigrantes vulnerables. Esto ha resultado en la encarcelaci贸n de cientos de miles de
hombres, mujeres y ni帽os, incluyendo las familias detenidas en estas redadas, durante los pasados ocho a帽os.
Como demuestra esta investigaci贸n del 澳彩开奖 y de la Alianza Latina Pro Derechos Humanos de Georgia, es una estrategia que ha pisoteado los derechos legales, ha sometido a madres y ni帽os a encuentros policiales aterradores e innecesarios, y ha dividido y destrozado familias. Este informe provee relatos de primera mano de los sobrevivientes y los testigos de las redades de ICE en el 谩rea de Atlanta.
Como demuestran estos relatos, las redadas de Atlanta ponen sobre el tapete asuntos constitucionales muy serios:
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Las redadas parecen haberse llevado a cabo sin 贸rdenes de detenci贸n. Los agentes no les mostraron a los residentes copias de las 贸rdenes de detenci贸n, las cuales son requeridas no importando el estatus migratorio de la persona. Cuando se les solicit贸 copias de las 贸rdenes para entrar en un hogar, los agentes de ICE ignoraron las solicitudes, amenazaron a los residentes o sencillamente les ordenaron 鈥渃allarse鈥�.
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Los agentes de ICE entraron a las casas sin obtener el consentimiento voluntario requerido por ley. Los oficiales amenazaron con arrestar a los residentes y usaron la extorsi贸n ilegal para obtener el consentimiento. Frecuentemente enga帽aron a los residentes al identificarse como oficiales de la polic铆a buscando un criminal (hasta mostr谩ndoles una foto de un hombre聽afroamericano en algunas ocasiones), o al decir que las mujeres solo estar铆an ausentes por unas horas para que ICE pudiera examinar los grilletes electr贸nicos que llevaban en el tobillo.
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Los agentes de ICE les negaron a las mujeres acceso a abogados. Aunque los asuntos de inmigraci贸n t铆picamente se consideran asuntos civiles, los cuales no requieren que se asigne un abogado pagado por el gobierno, los individuos a煤n tienen derecho a representaci贸n legal siempre y cuando el gobierno no sea responsable por su costo.聽Sin embargo, los oficiales de ICE no les permitieron a las mujeres recogidas en las redadas ponerse en contacto con sus abogados hasta despu茅s que las sacaron de sus casas y se las llevaron para el South Texas Family Residential Center, un centro de detenci贸n para familias en Dilley, Texas. Frecuentemente les dec铆an que no ten铆an otra opci贸n legal. Adem谩s, no les informaron sobre una organizaci贸n legal gratuita y sin fines de lucro ya localizada en el centro de detenci贸n.
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A las mujeres les indicaron que deb铆an firmar documentos legales que no entend铆an.聽En varias ocasiones, los agentes de ICE les instruyeron a las personas detenidas a firmar documentos escritos en ingl茅s. Esto es realmente inquietante ya que a las mujeres se les neg贸 acceso a abogados.
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Madres y ni帽os con reclamos v谩lidos para beneficios de inmigraci贸n fueron detenidos antes de que se agotaran sus opciones legales. A pesar de las declaraciones de ICE de que todos
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los individuos detenidos ten铆an 贸rdenes finales de deportaci贸n emitidas por un tribunal de inmigraci贸n,3 una revisi贸n legal subsiguiente de los casos result贸 que la Junta de Apelaciones de Inmigraci贸n concediera aplazamientos de deportaciones porque estas familias no hab铆an agotado sus opciones legales.4
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ICE les hab铆a concedido a muchas de las mujeres detenidas un permiso para permanecer en los Estados Unidos. Estas mujeres hab铆an cumplido con los requisitos en las 贸rdenes
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de supervisi贸n de ICE, las cuales les permiten quedarse en los Estados Unidos bajo ciertas condiciones, incluso el asistir a citas regulares con ICE o portar un grillete electr贸nico en el tobillo que le indica a ICE su paradero. Algunas mujeres hasta ten铆an citas ya programadas con ICE cuando fueron detenidas en las redadas.
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ICE concentr贸 estas redadas en jurisdicciones en que las garant铆as o protecciones del debido proceso legal son m谩s d茅biles. Los individuos que comparecen ante los tribunales de inmigraci贸n en Atlanta tienen una de las tasas de representaci贸n legal m谩s bajas que cualquier ciudad grande en el pa铆s.聽Los jueces en los tribunales de inmigraci贸n de Atlanta tienen una de las tasas de denegaci贸n de asilo m谩s altas del pa铆s.6 En esas jurisdicciones particularmente, las mujeres y los ni帽os con reclamos v谩lidos de inmigraci贸n tienen una mayor probabilidad de no obtener acceso a una justicia plena..
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ICE ha rehusado liberar a ni帽os y a sus madres detenidos por inmigraci贸n 鈥� una violaci贸n de un acuerdo legal nacional. Al momento de publicarse este informe, el gobierno ha retenido ni帽os en los centros de detenci贸n por m谩s de 20 d铆as, lo cual est谩 prohibido seg煤n el acuerdo en el caso Flores v. Johnson. Los ni帽os en la custodia de DHS tienen el derecho a ser liberados y entregados a un padre, incluso al padre o a la madre que lo acompa帽贸 a los Estados Unidos, sin importar el estatus migratorio del padre o la madre. DHS tiene que liberar a los ni帽os consus madres a menos que haya un riesgo significativo de que la madre huya o que represente una amenaza a la seguridad p煤blica.
Aunque este informe se centra en los sucesos de Atlanta, esta investigaci贸n revel贸 que estos asuntos no se limitan a esta 谩rea. Las v铆ctimas de las redadas en Virginia y en Texas reportaron t谩cticas cuestionables muy similares. Sencillamente, Atlanta no es una aberraci贸n. Este patr贸n de conducta alarmante en las redadas que ha traumatizado comunidades y que potencialmente ha violado protecciones constitucionales es evidencia m谩s que suficiente para detener las redadas en el futuro por parte de ICE, el cuerpo de seguridad m谩s grande del pa铆s.
Una vez detenidas las redadas, el Congreso no solo debe investigar aparentes violaciones constitucionales que cometieron los agentes de ICE durante las redadas, sino tambi茅n la negligencia en otros aspectos de la aplicaci贸n de las leyes de inmigraci贸n. El gobierno federal debe adoptar una respuesta pr谩ctica y exhaustiva a la crisis de los refugiados centroamericanos y mejorar el acceso a asistencia legal para los inmigrantes. Debe ofrecer alternativas a las pr谩cticas punitivas de detenci贸n y cerrar los centros de detenci贸n en que las familias se encuentran.
Debemos defender nuestros valores constitucionales mientras hacemos frente a esta crisis humanitaria. Es hora de asegurar que las familias inmigrantes ya no vivan con temor.
Las recomendaciones, con m谩s detalles, se encuentran al final de este informe.
Ana Lizeth es una madre de 31 a帽os de edad proveniente de Honduras. Huy贸 a los Estados Unidos con su hijo de 10 a帽os de edad en el 2014, y viv铆a聽en el 谩rea de Atlanta con su t铆o y su t铆a. Ana Lizeth ten铆a una orden de supervisi贸n con el Servicio de Inmigraci贸n y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en ingl茅s), lo cual le permit铆a聽quedarse en los Estados Unidos. Como parte de la orden, llevaba puesto un grillete electr贸nico en el tobillo que le informaba a ICE su paradero a todas horas. Acud铆a a citas regulares con ICE para verificar su paradero.
Inicialmente s贸lo se escuchaba el timbre de la puerta, que comenzaba a despertar a la familia en horas de la madrugada del 2 de enero.
Entonces comenzaron a propinarle golpes tan fuertes a la puerta que la hac铆an retumbar.
La t铆a de Ana Lizeth, Johana Guti茅rrez, abri贸 la puerta y un grupo de oficiales ocupaban la entrada. Afirmaron que eran polic铆as buscando un criminal. Le mostraron una foto de un hombre afroamericano para que ella lo identificara, pero ella dijo que no lo reconoc铆a.
No quedaron satisfechos con su respuesta.
Insistieron que el hombre viv铆a en su direcci贸n y que deb铆a dejarlos entrar. Ella solicit贸 ver una orden judicial u orden de arresto, pero ellos no le prestaron atenci贸n. El esposo de Johana se puso nervioso. Le insisti贸 en que los dejaran entrar.
Cuando ella accedi贸, unos ocho oficiales abarrotaron la casa. Ellos reunieron a todos en la sala y comenzaron a exigir que les mostraran identificaci贸n.
No eran polic铆as. Eran agentes de ICE.
Los agentes retuvieron la identificaci贸n de Ana Lizeth. Le dijeron que recogiera alguna ropa 鈥� que la iban a deportar. Ana Lizeth estaba aterrorizada. Los agentes gritaban y su hijo de 10 a帽os estaba llorando y temblando. Su t铆a le pregunt贸 a los agentes porqu茅 hab铆an mentido para poder entrar a la casa. Volvi贸 a pedirles una orden de detenci贸n o de arresto.
No le contestaron.
Los agentes de ICE se llevaron a Ana Lizeth y a su hijo, separ谩ndolos de su familia. Era el comienzo de una trave蝉铆a de unas 1,000 millas hacia un centro de detenci贸n. En el camino, pasaron horas en una celda en una c谩rcel, en la parte trasera de una camioneta con otra madre y sus hijos, y en un avi贸n antes de que llegaran a su destino al otro d铆a en la ma帽ana: el South Texas Family Residental Center en Dilley, Texas. Durante el viaje, Ana Lizeth nunca tuvo la oportunidad de llamar a su abogado en asuntos de inmigraci贸n 鈥� y de hecho, ni a ninguna otra persona.
Eventualmente la llevaron a una reuni贸n con el consulado y le indicaron que firmara unos papeles de ICE afirmando que acced铆a a irse de los Estados Unidos. Rehus贸 firmar el documento porque era en ingl茅s y no lo pod铆a leer.
Entre toda la confusi贸n, se enter贸 que hab铆an abogados en asuntos de inmigraci贸n disponibles en Dilley, pero solo porque otra detenida se lo dijo. 鈥淐ada vez que yo trataba de ir a una reuni贸n legal, los agentes de ICE me enviaban a otros lugares en el centro de detenci贸n,鈥� expres贸.
Finalmente Ana Lizeth pudo reunirse con los abogados en el centro de detenci贸n 鈥� un d铆a despu茅s de que ICE deportara a varias familias de Honduras y Guatemala. Ella cree que si m谩s mujeres hubieran sabido que hab铆an abogados disponibles y se les hubiera permitido verlos, algunas de estas familias hubieran podido evitar ser deportadas.
En el centro de detenci贸n, ella buscaba entender todo lo ocurrido que, para ella, no ten铆a sentido.
鈥淣os trataron como a delincuentes. No entiendo por qu茅. Yo hab铆a ido a mis citas de supervisi贸n de ICE, e incluso ten铆a una cita programada en unos pocos d铆as,鈥� lament贸 Ana Lizeth, quien todav铆a se encuentra detenida en Dilley con su hijo. 鈥淢i hijo tiene miedo y llora por la noche. 脡l no est谩 comiendo鈥o no entiendo por qu茅 nos llevaron en una redada, sobre todo de esa manera.鈥�
Lesly es una madre de 26 a帽os de edad que huy贸 de Honduras con sus hijos gemelos de 9 a帽os de edad para escaparse de su pareja abusiva en junio del 2014. ICE llev贸 a cabo una redada en su casa en el 谩rea metropolitana de Atlanta en la ma帽ana del 2 de enero.
Lesly y sus hijos estaban encerrados en una celda junto a otras mujeres y ni帽os.
Muchas de las mujeres lloraban, aparentemente atrapadas en las redadas de ICE igual que a Lesly y a su hijo. Pero todo esto no ten铆a sentido alguno. Ella se reun铆a regularmente con ICE para sus citas de verificaci贸n y portaba un grillete electr贸nico con sistema de posicionamiento global (GPS) en el tobillo que le informaba a ICE su paradero.
Hasta ten铆a el grillete puesto esa ma帽ana cuando abri贸 la puerta y vio quienes ella cre铆a eran polic铆as frente a su casa. Le dijeron que buscaban a un hombre llamado 鈥淒avid鈥�.
Lesly les dijo que nadie con el nombre David viv铆a ah铆.
No se dejaron disuadir. Afirmaron que necesitaban registrar el apartamento porque se les hab铆a
informado que David viv铆a en su direcci贸n. Le mostraron una foto de un afroamericano. Ella volvi贸 a repetir que nadie llamado David viv铆a en su apartamento.
Los oficiales insistieron, a蝉铆 que ellas los dej贸 entrar.
Ya estando dentro de su hogar, los oficiales le informaron que eran de ICE. Le dijeron que hab铆a una orden de deportaci贸n contra ella y que ella y sus hijos ten铆an que acompa帽ar a los agentes. Ni siquiera le permitieron a Lesly llamar a su abogado en asuntos de inmigraci贸n.
鈥淢is hijos estaban llorando,鈥� explic贸. 鈥淢e preguntaban qu茅 estaba pasando. Me preguntaban qu茅 hab铆a hecho yo mal y por qu茅 la polic铆a hab铆a llegado a nuestra casa. Les dije, 鈥渘ada鈥�, y que nosotros no hab铆amos hecho nada.鈥�
Los llevaron a un lugar de detenci贸n y los encerraron en una celda con otras mujeres y ni帽os.
Hab铆a banquillos de metal y un inodoro en el medio de la celda. No hab铆a privacidad alguna.
A Lesly a los ni帽os los llevaron finalmente al South Texas Family Residential Centeren Dilley, (Texas). Les informaron que ser铆an deportados y que firmara un documento en ingl茅s, el cual no pod铆a leer. Rehus贸 firmarlo. Finalmente, a Lesly y a otras dos mujeres que rehusaron firmar los documentos se les inform贸 que no ser铆an deportadas.
鈥淟e he pedido a mi familia que oren por m铆,鈥� expres贸 Lesly, quien luego de varias semanas en Dilley fue transferida a otro centro de detenci贸n para familias en el Condado de Berks en Pensilvania. Ella ha solicitado ser liberada bajo fianza, pero el gobierno se opuso a su petici贸n. 鈥淐uando yo estaba en Atlanta, yo estaba trabajando, aprendiendo, y construyendo una vida. Mis hijos estaban aprendiendo ingl茅s r谩pidamente, e iban bien. Yo estaba trabajando duro鈥� ganaba dinero para mantenernos. 鈥� [Mis hijos] son mi mayor bendici贸n. Tengo miedo de volver a Honduras y si volvemos, no habr谩 ning煤n lugar seguro para nosotros ah铆.鈥�
Rosa es una madre de 37 a帽os de edad que huy贸 de Guatemala junto con sus tres hijos. Su hogar cerca de Atlanta fue allanada el 2 de enero. Los agentes sacaron a Rosa y dos de sus hijos de su casa a pesar de que ten铆an una orden de supervisi贸n con ICE.
La primera redada en la casa de Rosa ocurri贸 antes del amanecer.
Daban golpes fuertes en la puerta y las luces de las linternas entraban por las ventanas de su casa. Su hogar estaba rodeado por agentes de ICE y su familia estaba aterrorizada.
鈥淸Los ni帽os] ten铆an tanto miedo que estaban temblando,鈥� expres贸 Rosa.
No abrieron la puerta. Esperaron un rato hasta que los agentes de ICE se fueron.
Una vez que se fueron los agentes, el hermano de Rosa, Ren茅, sali贸 de la casa para buscarles algo de comer a los ni帽os. Al regresar, dos veh铆culos le bloquearon el camino 鈥� uno al frente y otro por detr谩s. Dos polic铆as salieron de sus veh铆culos con sus armas listas y a la vista en su cintura. Le dijeron a Ren茅 que buscaban una persona llamada 鈥淢iguel Soto鈥�.
Ren茅 les dijo que no conoc铆a a nadie con ese nombre, pero los oficiales fueron persistentes. A帽adieron que necesitaban entrar a su casa 鈥� hasta amenazaron con arrestarlo y acusarlo de obstruir su investigaci贸n si no les permit铆an entrar. Cuando Ren茅 volvi贸 a preguntar si ten铆an una orden de arresto, los oficiales le dijeron en espa帽ol que se callara o lo arrestar铆an.
Cumpli贸 con la orden renuentemente, creyendo que buscaban a alguien llamado 鈥淢iguel Soto鈥�.
Los oficiales de ICE entraron a la casa sin mostrar orden judicial alguna. Aun cuando Ren茅 les volvi贸 a pedir una orden de arresto o de detenci贸n, le dijeron que se callara o lo podr铆an arrestar. Los oficiales quer铆an que Rosa y dos de sus hijos se fueran con ellos. Rosa estaba confundida, y explic贸 que hab铆a asistido a todas sus citas judiciales, y que ten铆a un permiso de trabajo de ICE.
El permiso de trabajo no significa nada, afirm贸 el agente.
A Rosa y a sus hijos se les otorgaron pocos minutos para recoger sus cosas. Los familiares empezaron a llorar. 鈥淢i nieto beb茅 comenz贸 a llorar bien fuerte,鈥� expres贸 Rosa. 鈥淓l trat贸 de caminar hacia m铆 y darme un abrazo. Mi hermano, Ren茅, les suplic贸 a los agentes que lo dejaran decirnos adi贸s a todos nosotros. Ellos no lo permitieron.鈥�
En un centro de detenci贸n en Atlanta, Rosa intent贸 explicar de nuevo que ella ten铆a un permiso de trabajo de ICE. El agente le afirm贸 que 鈥渘o ten铆a posibilidades.鈥�
鈥淟e dije con todo respeto, que ten铆a el derecho de hacer preguntas y hablar con mi abogado,鈥� expres贸 Rosa.
El agente le contest贸 que no lo enojara.
Los agentes le solicitaron que firmara un documento, el cual solo firm贸 porque no pudo hablar con un abogado. Entonces a Rosa y a sus hijos los subieron a un avi贸n para llevarlos al South Texas Family Residential Center en Dilley, Texas. El viaje al centro de detenci贸n fue miserable. Ella ten铆a un dolor de cabeza fuert铆simo y los agentes no le dieron ni agua, ni medicamento. Eventualmente se desmay贸 en el vuelo.
A Rosa, quien a煤n est谩 detenida en Dilley con sus hijos, lees imposible hablar sin llorar al recordar esa ma帽ana horrible hace casi un mes, y todo lo que ha pasado desde entonces. Cada d铆a en el centro de detenci贸n, se sent铆a m谩s y m谩s desesperada. No logra entender lasituaci贸n.
鈥淭odav铆a no entiendo por qu茅 yo fui el blanco de la redada,鈥� afirm贸. 鈥淚nmigraci贸n me hab铆a dado un permiso de trabajo y yo estaba bajo una orden de supervisi贸n. No entiendo c贸mo pod铆amos ser tratados tan mal, y nos trataron como si no vali茅ramos nada.鈥�
Gabriela* huy贸 de El Salvador con su hija para escapar la violencia. Viv铆a en Atlanta con sus familiares y trabajaba como recamarera en un hotel local cuando a ella y a su hija las agarraron en las redadas de inmigrantes del 2 de enero.
Cuando Gabriela tom贸 la llamada en su trabajo, su hija estaba en la l铆nea llorando.
Los agentes de ICE hab铆an rodeado su hogar y hab铆an interrogado a sus familiares sobre su paradero. Ellos hasta hab铆an rebuscado en la casa y acusaron a su familia de estar escondi茅n- dola. Se dio cuenta que su hija de 13 a帽os de edad, Mayra*, estaba muy asustada.
鈥淟uego de recibir la llamada, estaba preocupada y confundida,鈥� relat贸 Gabriela. 鈥淣o sab铆a lo que estaba pasando, pero ten铆a que seguir trabajando.鈥�
Estaba en la lavander铆a del hotel cuando dos oficiales de ICE la sorprendieron. Se fue con los agentes, quienes ni siquiera la dejaron recoger sus pertenencias ni cambiarse. Llevaba puesto su uniforme de trabajo.
Mientras los oficiales se la llevaban, ella vio a su jefe y al gerente del hotel.
鈥淧arec铆an estar preocupados por lo que estaba occurriendo鈥� expres贸. 鈥淣o s茅 lo que les dijeron los oficiales, pero yo estaba muy preocupada por la situaci贸n. Me sent铆a avergonzada con toda esa gente mir谩ndome mientras me sacaban hacia afuera sin ni siquiera haberme permitido cambiarme.鈥�
Ya estando afuera, Gabriela vio a su hermana, Rosa D铆az, y a su hija Mayra. Hab铆an ido al hotel luego de que allanaran la casa. Mayra a煤n vest铆a sus pijamas. Seg煤n Gabriela, los oficiales probablemente las siguieron al hotel.
Los oficiales le dijeron a Rosa que se llevar铆an a la madre y a su hija, pero que las regresar铆an en dos horas. B谩sicamente le hab铆an dicho lo mismo en su hogar. Solo necesitaban ponerle un grillete electr贸nico en el tobillo a Gabriela 鈥� y estar铆an de vuelta en dos horas.
Eso no fue lo que ocurri贸.
Los oficiales le obligaron a Mayra a dejar su tel茅fono celular. Las llevaron a una oficina de inmigraci贸n que estaba repleta de mujeres y ni帽os llorando. No les permitieron llamar a nadie mientras esperaban. Entonces, a la madre e hija las llevaron lejos de Atlanta 鈥� a un centro de detenci贸n para familias en Dilley, Texas.
Ese viaje tard贸 mucho m谩s de dos horas.
Y nadie le pregunt贸 a Gabriela sobre los detalles de su caso hasta que ya se encontraba en Texas. All铆 fue cuando le dijeron que la 煤nica opci贸n que ten铆a era la deportaci贸n, y que ten铆a que fi un documento que ICE le entreg贸 en ese momento. Habl贸 con su ofi consular, quien le aconsej贸 obtener asistencia legal.
A Gabriela ya se le ha permitido reunirse con abogados en el centro de detenci贸n. Los abogados presentaron una solicitud para la suspensi贸n de la deportaci贸n en su caso y esta fue concedida. Por ahora, Gabriela y su hija permanecen en el centro de detenci贸n 鈥� a aproximadamente 1,000 millas de distancia de su hogar, de sus familiares y de sus amigos.
Ana Silvia es una madre de 32 a帽os de edad con cuatro hijos de El Salvador. Agentes de ICE allanaron su casa cerca de Atlanta en la ma帽ana del 3 de enero.
Escuche el audio de la redada que su madre grab贸 en
Ana Silvia temblaba de miedo al ver a los agentes de ICE frente a la puerta de su apartamento. Estaba pasando por lo que tantas otras mujeres y tantos otros ni帽os hab铆an sufrido en las redadas de las pasadas 24 horas. Los golpes fuertes en la puerta la despertaron. Los agentes de ICE dec铆an que s贸lo estaban all铆 por su grillete electr贸nico que ten铆a puesto en el tobillo.
Ana Silvia estaba confundida porque acababa de cambiarle las bater铆as a su grillete, y ten铆a dos citas con ICE programadas en enero para verifi su presencia. Cuando intent贸 usar su tel茅fono celular para llamar a su abogado sobre la redada, un agente le quit贸 el tel茅fono. Los agentes de ICE le dijeron que no la estaban deportando.
Pero 蝉铆 la estaban deportando.
A ella y a sus hijos 鈥� entre las edades de 3 y 17 a帽os 鈥� los transportaron a un centro de detenci贸n a cientos de miles de millas de distancia. Tambi茅n tuvo que aguantar las mismas t谩cticas policiales inquietantes que sufrieron otros durante las redadas en Atlanta y en otras partes del pa铆s durante ese fin de semana:
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Los agentes de ICE no les mostraron una orden de arresto o de detenci贸n;
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Le negaron la oportunidad para hablar con un abogado;
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La presionaron para firmar documentos legales que no entend铆a;
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Le rodearon la casa;
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Le mintieron para entrar a su casa.
鈥淟e dije a ICE que quer铆a hablar con mi abogado,鈥� ella expres贸. 鈥淢e dijeron que no ten铆a esperanza ninguna y que ten铆a que firmar, pero no lo iba a hacer.鈥�
Cuando Ana Silvia y sus hijos llegaron al centro de detenci贸n para familias en Texas, volvieron a exhortarle que firmara un documento a pesar de que exig铆a hablar con un abogado. Bajo presi贸n, lo firm贸. Y como a tantas otras, Ana Silvia, quien a煤n est谩 en el South Texas Family Residential Center en Dilley, Texas, qued贸 con muchas preguntas sin respuestas.
鈥淣o entiendo como fuimos tratados de una manera tan horrible,鈥� lament贸.
Los expertos legales y las personas que apoyan y abogan por los inmigrantes tambi茅n quedaron con la misma duda.
Susana es una madre joven de dos ni帽os peque帽os que huy贸 de la violencia en El Salvador. Se reuni贸 con su madre, quien estaba viviendo en Atlanta. Cuando los agentes de ICE se la llevaron de su hogar el 2 de enero, estaba bajo una orden de supervisi贸n de ICE y hab铆a estado portando un grillete de tobillo que monitoreaba su paradero. Hasta asist铆a a citas regulares con ICE para reportarse.
Cuando Susana y sus hijos salieron de su casa con los agentes de ICE, ella no estaba preocupada.
En dos d铆as, ten铆a una cita programada con ICE. Cre铆a que hab铆an llegado para chequear su grillete electr贸nico que llevaba en el tobillo. Su madre pensaba lo mismo, y por eso abri贸 la puerta cuando aparecieron los agentes esa ma帽ana. Un agente de ICE hasta le hab铆a dicho a la madre de Susana que su hija estar铆a de regreso m谩s tarde ese d铆a.
A Susana y a sus hijos los llevaron a una oficina de inmigraci贸n donde vio aotras mujeres y ni帽os. Los agentes de ICE la llevaron al piso de arriba y le dijeron que la iban a deportar.
鈥淢e preocup茅 much铆simo porque temo por mi vida y las de mis hijos si me regresan a El Salvador,鈥� afirm贸 Susana. 鈥淢is hijos tambi茅n estaban molestos porque ellos vieron que yo estaba visiblemente alterada. Estaba tan nerviosa y asustada que sent铆 que se me bajaba la presi贸n de la sangre. Estaba llorando y no pod铆a respirar. En ese momento, me mare茅 y sufr铆 una convulsi贸n.鈥�
Pero durante esta emergencia, su hija de ocho a帽os y su hijo de seis a帽os era lo que le ocupaba la mente.
鈥淓mpec茅 a rogarle a los oficiales a que llamaran a mi mam谩 porque a mis hijos no los estaban metiendo en la ambulancia para que se fueran conmigo,鈥� expres贸. 鈥淨uer铆a asegurarme de que estar铆an seguros y que un familiar los cuidar铆a.鈥�
Su madre nunca recibi贸 una llamada.
Le dieron de alta del hospital esa noche. Al otro d铆a, ICE llev贸 a Susana y a sus hijos al South Texas Family Residential Detention Center en Dilley, Texas. Su salud empeor贸. Sufri贸 un ataque epil茅ptico esa noche, y dos m谩s durante los pr贸ximos tres d铆as.
Oficiales de ICE le informaron a Susana que la iban a poner en un avi贸n de regreso para El Salvador. Un agente la amenaz贸 y le dijo que si no se iba, las cosas empeorar铆an para ella. Ella les insisti贸 que quer铆a hablar con su abogado y finalmente pudo ponerse en contacto con una orga- nizaci贸n de servicios legales en el centro de detenci贸n.
Al parecer, ya era demasiado tarde.
Susana y sus hijos ya estaban en el avi贸n que partir铆a para el pa铆s y la violencia del cual ellos esperaban escapar. Pero poco antes de que partiera el avi贸n, oficiales de ICE los bajaron del vuelo 鈥� la Junta de Apelaciones de Inmigraci贸n le orden贸 al gobierno que le permitiera que- darse en los Estados Unidos y luchar por su caso.
A pesar de este aplazamiento, Susana y su familia a煤n enfrentan obst谩culos e incertidumbre.
Cree que est谩 sufriendo m谩s convulsiones por todo lo que le est谩 pasando. Ha tenido por lo menos seis desde que ha estado en la custodia de ICE. Tiene una cita con un neur贸logo para evaluarla una cirug铆a en Atlanta 鈥� una cirug铆a que ahora posiblemente nunca recibir谩. Su hijo tiene una discapacidad en el desarrollo y no est谩 recibiendo su tratamiento mientras est谩 detenido.
M谩s que nada, Susana, que a煤n est谩 detenida en Dilley con sus hijos, est谩 preocupada por sus hijos y por el futuro.
鈥淭ememos que nos matar谩n en El Salvador,鈥� afirm贸. 鈥淓stoy tan nerviosa despu茅s de las redadas. El 煤nico lugar que nos sentimos seguros (en el centro de detenci贸n) es en el tr谩iler donde est谩n nuestros abogados, porque sabemos que al menos de all铆 no nos deportar谩n.鈥�
Dominga es una madre de 27 a帽os con dos hijos. Se fue de El Salvador buscando un lugar seguro. Ten铆a un abogado trabajando en su caso de inmigraci贸n cuando la detuvieron por una violaci贸n de tr谩nsito a finales del 2015. Dominga estaba en un centro de detenci贸n de inmigraci贸n en Ocilla, Georgia, cuando los agentes de ICE la hicieron part铆cipe de las redadas de Atlanta. La obligaron a ayudar a ICE para detener y deportar a sus hijos.
Algo estaba ocurriendo.
El D铆a de A帽o Nuevo, ICE sac贸 a Dominga de un centro de detenci贸n de inmigraci贸n en Ocilla, Georgia y la regres贸 a una c谩rcel de Atlanta. Al otro d铆a, le instruyeron que se deb铆a vestir con su ropa regular, no el uniforme que usaba durante su detenci贸n. 驴La raz贸n? ICE necesitaba que los ayudara a encontrar a sus hijos 鈥� no importaba si ella deseaba hacerlo o no.
Despu茅s de informarles que sus hijos estaban con su hermana, Doris, los agentes de ICE esposaron a Dominga y la llevaron a la casa de su hermana.
El viaje le revolvi贸 el est贸mago.
鈥淢e sent铆 muy enferma y d茅bil,鈥� explic贸 Dominga. 鈥淵o pod铆a respirar, pero era dif铆cil. Yo empec茅 a sentirme mal cuando me llevaron de Ocilla a Atlanta. Pero cuando llegamos a la casa de mi hermana, sent铆a n谩useas y ganas de vomitar.鈥�
M谩s de una docena de agentes de ICE llegaron a la casa de Doris; algunos comenzaron a golpear la puerta mientras que otros rodearon la casa. Al principio, Doris no abr铆a la puerta. Ella los pod铆a ver a trav茅s de las cortinas, y les pregunt贸 a los agentes como los pod铆a ayudar. Tambi茅n ve铆a a su hermana.
鈥淓staba muy confundida en ese momento,鈥� afirm贸 Doris. 鈥淢e agrad贸 ver a mi hermana, pero a la vez ten铆a mucho miedo y estaba muy preocupada.鈥�
Cuando Doris finalmente abri贸 la puerta, los agentes se apresuraron a entrar. Un oficial la jal贸 hacia un lado y le bloque贸 el paso para a蝉铆 evitar que fuera a consolar a su hermana, quien estaba llorando. A Doris se le inform贸 que los agentes llegaron all铆 para llevarse a los ni帽os. Ten铆an una orden de deportaci贸n para ellos. Doris intent贸 explicarles que ella hab铆a estado hablando con un abogado para recibir la custodia formal de sus sobrinos. El agente le ofreci贸 su asistencia legal al instante: Ella no ten铆a derecho a los ni帽os.
Los agentes fueron al s贸tano donde los ni帽os dorm铆an, los asustaron y los hicieron llorar. A Doris se le instruy贸 que los vistiera y que empaquetara sus cosas.
Ellos se iban esa noche.
A Dominga y a sus hijos los llevaron a una celda en una c谩rcel en Atlanta, que se llen贸 durante el d铆a con las personas recogidas en las redadas.
鈥淢uchas personas en la celda estaban llorando,鈥� expres贸. 鈥淢is hijos estaban llorando. En un momento los oficiales de ICE nos dijeron que nos call谩ramos porque hab铆a demasiado ruido.鈥�
Dominga les pregunt贸 a los oficiales de ICE si pod铆a llamar a su abogado, pero no se le permiti贸 a nadie hacer una llamada. Los ofi le dijeron que no importaba porque su caso de inmigraci贸n ya hab铆a terminado. Los agentes tambi茅n la obligaron a fi un formulario Los agentes tambi茅n la obligaron a firmar un formulario en ingl茅s. Ella no sab铆a lo que dec铆a, pero un agente fue muy directo y franco: Significaba que la iban a deportar.
Dominga y sus hijos ahora est谩n en el South Texas Family Residential Center en Dilley enfrentando un futuro muy incierto.
Este informe muestra claramente que estas redadas de inmigraci贸n han traumatizado familias y aterrorizado comunidades. Las t谩cticas que utilizaron los agentes de ICE plantean interrogantes legales muy serios. Los Estados Unidos tiene que enfrentar la crisis humanitaria en Centroam茅rica; no recurrir a t谩cticas inconstitucionales para castigar a aquellos que por ley estamos obligados a proteger. Las siguientes recomendaciones detallan c贸mo el gobierno puede enfrentar esta crisis de una manera abarcadora y, a la vez, fortalecer el debido proceso legal y garant铆as de acceso a la justicia para los inmigrantes; asegurar la transparencia en la aplicaci贸n de las leyes y en las acciones de los cuerpos de seguridad, y respetar el derecho de todos de estar seguros en su propio hogar.
El Congreso
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Llevar a cabo vistas p煤blicas e investigaciones sobre posibles violaciones constitucionales por parte de los agentes de ICE en las redadas de inmigraci贸n, y m谩s ampliamente en la aplicaci贸n de las leyes de inmigraci贸n.
Departamento de Seguridad Nacional
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Cesar las redadas inmediatamente.
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Asegurarles a las comunidades que el DHS no apoya el uso de t谩cticas inconstitucionales por parte de los cuerpos de seguridad, y que los agentes que violen la ley tendr谩n que rendir cuentas por sus acciones.
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Adoptar una respuesta pr谩ctica, amplia y abarcadora a la crisis de los refugiados centroamericanos. Esta respuesta incluye la revisi贸n de antecedentes y el reasentamiento de refugiados, el otorgar Estatus de Protecci贸n Temporal para individuos en los Estados Unidos, y otros beneficious humanitarios necesarios.
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Dejar de detener a ni帽os; cerrar los centros de detenci贸n para familias. DHS tiene que adoptar alternativas permanentes a la detenci贸n porque es muy costoso, innecesario e inhumano.
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Implementar las recomendaciones del President鈥檚 Task Force on 21st Century Policing que sugieren desligar las acciones federales de seguridad relacionadas a la inmigraci贸n del trabajo policial local m谩s rutinario. ICE debe descontinuar la pr谩ctica de solicitarles a los cuerpos policiales locales que detengan temporalmente a personas por asuntos de inmigraci贸n y/o que les notifiquen cuando tengan bajo su custodia alguien que pueda tener problemas con su estatus migratorio. Esta pr谩ctica ha puesto sobre el tapete preocupaciones muy serias referentes a violaciones al debido proceso legal y a la discriminaci贸n racial contra las comunidades de inmigrantes.
Departmento de Justicia
Executive Office for Immigration Review
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Las protecciones del debido proceso legal para los inmigrantes detenidos tienen que mejorarse para asegurar que ellos tengan acceso a la justicia. Esto incluye el proveer abogados asignados por el gobierno a los inmigrantes detenidos. Se debe adoptar un protocolo para mejorar el acceso a asistencia legal y a programas de orientaci贸n legal. Adem谩s, este protocolo debe asegurar que se provean notificaciones legales adecuadas para los que solicitan asilo.
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Debe enfrentarse la adjudicaci贸n inconsistente de solicitudes de asilo por parte de los tribunales de inmigraci贸n. Esto conlleva el identificar a los jueces de inmigraci贸n cuyas decisiones discrepan mucho de las de sus colegas en el pa铆s. Estos jueces deben recibir adiestramiento adicional y sus decisiones en los casos de asilo deben ser supervisadas m谩s intensamente. Se debe incrementar el finaciamiento para la Junta de Apelaciones de Inmigraci贸n y, adem谩s, se debe aumentar el n煤mero de jueces de inmigraci贸n y su personal.
Gobiernos locales
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Negarse a detener individuos por solicitud de ICE, por medio de los llamados 鈥淚CE detainers鈥欌��. Adem谩s, los gobiernos locales deben rechazar las solicitudes rutinarias de ICE para que les notifiquen sobre personas que tengan bajo su custodia. Estas solicitudes para detener personas temporalmente o para notificar a ICE si tienen personas de inter茅s bajo su custodia son de car谩cter voluntario. No son 贸rdenes de arresto ni de detenci贸n, y traen a luz interrogantes constitucionales muy serios. No proveen la causa probable necesaria para arrestar y entregarle individuos a ICE.
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Invertir para lograr representaci贸n legal gratuita y accesible para las personas solicitando asilo y para inmigrantes sin abogados.
Para el pleno PDF,聽haga clic aqu铆.
IMAGEN DE PORTADA: AP Images/LM Otero
FOTOS: Robin Henson, Carmen Martinez y los familiares de las personas perfiladas, Steve Eberhardt/Demotix/Corbis
